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viernes, agosto 21, 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire


Poco antes de la una y media de la madrugada, la enfermera Hanna Nicander despertó al doctor Anders Jonasson.
-¿Qué pasa?- preguntó éste, confuso.
-Está entrando un helicóptero. Dos pacientes. Un hombre mayor y una mujer joven. Ella tiene heridas de bala.
-Vale - dijo Anders Jonasson, cansado.
A pesar de que sólo había echado una cabezadita de más o menos media hora, se sentía medio mareado, como si lo hubiesen despertado de un profundo sueño. Le tocaba guardia en el hospital de Sahlgrenska de Gotemburgo y estaba siendo una noche miserable, extenuante como pocas. Desde que empezara su turno, a las seis de la tarde, habían ingresado a cuatro personas debido a una colisión frontal de cocheocurrida en las afueras de Lindome. Una de ellas se encontraba en estado crítico y otra había fallecido poco después de llegar. También atendió a una camarera que había sufrido quemaduras en las piernas a causa de un accidente de cocina ocurrido en un restaurante de Avenyn, y le salvó la vida a un niño de cuatro años que llegó al hospital con parada respiratoria tras haberse tragado la rueda de un coche de juguete. Además de todo eso, pudo curar a una joven que se había caído en una zanja con la bici. Al departamento de obras públicas del municipio no se la había ocurrido nada mejor que abrir la zanja precisamente en la salida de un carril bici, y, además, alguien había tirado dentro las vallas de advertencia. Le tuvo que dar catorce puntos en la cara y la chica iba a necesitar dos dientes nuevos. Jonasson también cosió el trozo de un pulgar que un entusiasta y aficionado carpintero se había arrancado con el cepillo.


Se terminó la trilogía y este tercer tomo sigue la misma línea de los otros dos, muy entretenido, una prosa rápida y directa creada única y exclusivamente para agradar, amenizar, deleitar… osea que de esta trilogía no espéreis más. Me quedo con Lisbeth Salander un personaje que desde su aparición en el relato me encantó. Y como todos sabéis aquí se termina Milenium aunque creo que hay un cuarto libro, bueno unas cuantas páginas, se editará, alguien tomará el relevo?
Decir que a los que les guste este tipo de literatura que no se preocupen porque si dan una patada aparecen bastantes autores suecos que lo hacen igual de bien o mejor. Yo ospropongo a uno Henning Mankell del que hemos hablado anteriormente.

viernes, marzo 13, 2009

La chica que soñaba…



La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.

Estaba amarrada con correas de cuero en una estrecha litera de estructura de acero. El correaje le oprimía el tórax. Se hallaba boca arriba. Tenía las manos esposadas a la altura de los muslos.
Hacía mucho tiempo que había desistido de todo intento de soltarse. Se encontraba despierta pero con los ojos cerrados. Si los abriera, sólo vería oscuridad; la única luz existente era un tímido rayo que se filtraba por encima de la puerta. Tenía mal sabor de boca y ansiaba lavarse los dientes.
Una parte de su conciencia aguardaba el sonido de unos pasos que anunciaran su llegada. Ignoraba qué ahora de la noche sería, pero le parecía que empezaba a ser demasiado tarde para que él la visitara. Una repentina vibración le hizo abrir los ojos. Era como si una máquina se hubiese puesto en marcha en algún lugar del edificio. Unos segundos después ya no estaba segura de si se trataba de un ruido real o de si lo había imaginado.
Tachó un día más en su mente. Era el día número cuarenta y tres de su cautiverio.
Le picaba la nariz y giró la cabeza para poderse rascar contra la almohada. Sudaba. En la habitación hacía un calor sofocante. Llevaba un sencillo camisón que se le arrugaba en la espalda. Al mover la cadera pudo atrapar la prenda con los dedos índice y corazón para irla bajando, centímetro a centímetro, por unos de los dos lados.

He de confesar que estoy un poco saturado de tanto Best-Seller, pero claro una vez que ya había leido el primer volumen pues tenía que leer el segundo y se que aún me queda el tercero pero para cuando lo editen. Y qué nos encontramos en La chica que soñaba… pues un poco de lo mismo, no voy a discutir que hay momentos que está muy entretenido pero son lecturas que no van más allá, lo curioso de este volumen es que te deja una parte de la historia abierta, no como en el primero que empezaba y finalizaba. Una de las cosas que más me han gustado es que los personajes siguen ganando en matices y vivencias. Lo que tengo claro es que de momento no voy a leer más de Stieg Larson, creo que me voy a pasar a Almudena Grandes.