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jueves, agosto 23, 2018

Los Doce | Justin Cronin



Más tarde, después de la cena y la oración nocturna, el baño si tocaba noche de baño, y luego las negociaciones para dar por concluido el día (Por favor, hermana, ¿no podemos quedarnos un poco más? Por favor, un cuento más), cuando los niños se habían dormido por fin reinaba el silencio, Amy los contemplaba. No existía ninguna norma contra eso. Todas las hermanas se habían acostumbrado a sus vagabundeos nocturnos. Como una aparición, deambulaba de una sala silenciosa a otra, recorriendo arriba y abajo las filas de camas donde estaban acostados los niños, sus rostros y cuerpos dormidos en confiado reposo. Los mayores contaban trece años, a punto de alcanzar la edad adulta, y los más pequeños eran bebés. Cada uno cargaba con una historia, siempre triste. Muchos eran hijos terceros, abandonados en el orfanato por padres que no podían pagar el impuesto, y otros víctimas de circunstancias todavía más crueles: madres muertas al dar a luz o bien solteras e incapaces de soportar vergüenza. Los padres habían desaparecido en las oscuras corrientes subterráneas de la ciudad o habían sido expulsados al otro lado de la muralla. Los orígenes de los niños eran diversos, pero su destino sería el mismo. Las niñas ingresarían en la Orden y dedicarían sus días de oración, la comtemplación y el cuidado de los niños que ellas mismas habían sido, mientras que los niños se convertirían en soldados, miembros de los Expedicionarios, y se comprometerían bajo un juramento de naturaleza diferente, pero no menos vinculante.


Por segunda vez nos enfrentamos a este libro. En esta ocasión hemos tenido sentimientos encontrados. Por momentos nos apasionaba y en otros nos resultaba un poco tedioso y que se avanzaba poco en el desenlace. Pero bueno era un trámite que había que realizar para por fin enfrentarnos al tercer y último libro de la trilogía.

jueves, julio 05, 2018

El Pasaje | Justin Cronin


Antes de convertirse en la Chica de Ninguna Parte (La Que Entró, La Primera, Última y única, que vivió mil años), era tan sólo una niña de Iowa llamada Amy. Amy Harper Bellafonte. El día en que nació amy, su madre, Jeanette, tenía diecinueve años. Jeanette puso a Amy el nombre de su madre, que había fallecido cuando Amy era pequeña, y le añadió el segundo nombre, Harper, por Harper Lee, la señora que había escrito Matar un ruiseñor, el libro favorito de Jeanette, aunque, la verdad sea dicha, era el único libro que había conseguido terminar durante todo el instituto. También podría haberla llamado Scout, por la niña de la novela, porque quería que su hija creciera así, dura, graciosa y lista, algo que ella, Jeanette, no había logrado. Pero scout era un nombre de chico, y ella no quería que su hija fuera por la vida explicando algo así. El padre de Amy era un hombre que había llegado un día al restaurante en el que Jeanette servía las mesas desde que cumpliera dieciséis años, un restaurante al que todo el mundo llamaba la Caja, porque era eso lo que parecía: una gran caja de zapatos de cromo, apartada a un lado de la carretera, con la parte de atrás asomada a campos de maíz y alubias; nada más en kilómetros a la redonda excepto un autolavado de coches, de esos que metes monedas en la máquina y te hace todo el trabajo. El hombre, que se llamaba Bill Reynolds, vendía cosechadoras y trastos grandes por el estilo, hablaba con dulzura y le dijo a Jeanette, mientras ésta la servía café, y también después, una y otra vez, lo bonita que era, cuánto le gustaba su pelo negro como el carbón, sus ojos de avellana y sus muñecas esbeltas, y lo dijo como si lo creyera a pies juntillas…


Parece ser que dos veces no fueron suficientes, tercera vez que leo El Pasaje, será porque no hay libros. ¿ O será porque quiero leer la trilogía entera empezando de cero cuando ya he leído los dos primero volúmenes? Creo que cada vez que lo vuelvo a leer me parece menos interesante aunque casi no me acordaba de nada. De todas maneras si aún no lo has leído creo que la primera vez si que te va a sorprender.

miércoles, diciembre 04, 2013

Los Doce | Justin Cronin


Más tarde, después de la cena y la oración nocturna, el baño si tocaba noche de baño, y luego las negociaciones para dar por concluido el día (Por favor, hermana, ¿no podemos quedarnos un poco más? Por favor, un cuento más), cuando los niños se habían dormido por fin reinaba el silencio, Amy los contemplaba. No existía ninguna norma contra eso. Todas las hermanas se habían acostumbrado a sus vagabundeos nocturnos. Como una aparición, deambulaba de una sala silenciosa a otra, recorriendo arriba y abajo las filas de camas donde estaban acostados los niños, sus rostros y cuerpos dormidos en confiado reposo. Los mayores contaban trece años, a punto de alcanzar la edad adulta, y los más pequeños eran bebés. Cada uno cargaba con una historia, siempre  triste. Muchos eran hijos terceros, abandonados en el orfanato por padres que no podían pagar el impuesto, y otros víctimas de circunstancias todavía más crueles: madres muertas al dar a luz o bien solteras e incapaces de soportar vergüenza. Los padres habían desaparecido en las oscuras corrientes subterráneas de la ciudad o habían sido expulsados al otro lado de la muralla. Los orígenes de los niños eran diversos, pero su destino sería el mismo. Las niñas ingresarían en la Orden y dedicarían sus días de oración, la comtemplación y el cuidado de los niños que ellas mismas habían sido, mientras que los niños se convertirían en soldados, miembros de los Expedicionarios, y se comprometerían bajo un juramento de naturaleza diferente, pero no menos vinculante.


Era un libro largamente deseado en el tiempo, pero la verdad es que me ha decepcionado un poco. Demasiados personajes nuevos y poco desarrollo de la trama del volumen anterior. Por lo tanto, después de leerlo, nos confirma que éste es un libro para sacar dinero al lector. Pero claro, de ineludible lectura para poder abordar el tercer volumen donde suponemos que habrá un deselance. Esperemos que se parezca más al primero que al segundo. Incluso ha habido momentos en que nos recordaba un poco a Nocturna de Guillermo del Toro.

domingo, noviembre 17, 2013

El Pasaje | Justin Cronin


Antes de convertirse en la Chica de Ninguna Parte (La Que Entró, La Primera, Última y ünica, que vivió mil años), era tan sólo una niña de Iowa llamada Amy. Amy Harper Bellafonte.
El día en que nació amy, su madre, Jeanette, tenía diecinueve años. Jeanette puso a Amy el nombre de su madre, que había fallecido cuando Amy era pequeña, y le añadió el segundo nombre, Harper, por Harper Lee, la señora que había escrito Matar un ruiseñor, el libro favorito de Jeanette, aunque, la verdad sea dicha, era el único libro que había conseguido terminar durante todo el instituto. También podría haberla llamado Scout, por la niña de la novela, porque quería que su hija creciera así, dura, graciosa y lista, algo que ella, Jeanette, no había logrado. Pero scout era un nombre de chico, y ella no quería que su hija fuera por la vida explicando algo así.

El padre de Amy era un hombre que había llegado un día al restaurante en el que Jeanette servía las mesas desde que cumpliera dieciséis años, un restaurante al que todo el mundo llamaba la Caja, porque era eso lo que parecía: una gran caja de zapatos de cromo, apartada a un lado de la carretera, con la parte de atrás asomada a campos de maíz y alubias; nada más en kilómetros a la redonda excepto un autolavado de coches, de esos que metes monedas en la máquina y te hace todo el trabajo. El hombre, que se llamaba Bill Reynolds, vendía cosechadoras y trastos grandes por el estilo, hablaba con dulzura y le dijo a Jeanette, mientras ésta la servía café, y también después, una y otra vez, lo bonita que era, cuánto le gustaba su pelo negro como el carbón, sus ojos de avellana y sus muñecas esbeltas, y lo dijo como si lo creyera a pies juntillas…


Es muy curioso lo que me ha pasado con la relectura de este libro, no me acordaba de casi nada, y pensaba que según fuese leyendo me vendría todo a la cabeza. Pues no ha sido así y he vuelto a disfrutar con esta genial historia. ¿Y por qué lo he vuelto a releer? porque creo que para leer el segundo volumen, Los Doce, era lo mínimo que tenía que hacer. Si aún no lo has leído y quieres sumergirte en una historia que te va a atrapar y sorprender… no lo puedes dejar escapar.

martes, octubre 08, 2013

El Pasaje | Justin Cronin



Volviendo a leer El Pasaje de Justin Cronin, y volviendo a flipar con la historia.  Era lo mínimo que se podía hacer antes de leer el segundo volumen, Los Doce. Si quieres leer una novela de entretenimiento que te sorprenda… te lo recomendamos.

domingo, septiembre 05, 2010

El Pasaje por Justin Cronin


Antes de convertirse en la Chica de Ninguna Parte (La Que Entró, La Primera, Última y Única, que vivió mil años), era tan sólo una niña de Iowa llamada Amy. Amy Harper Bellafonte.
El día en que nació Amy, su madre, Jeanette, tenía diecinueve años. Jeanette puso a Amy el nombre de su madre, que había fallecido cuando Jeannette era pequeña, y le añadió el segundo nombre, Harper, por Harper Lee, la señora que había escrito Matar un ruiseñor, el libro favorito de Jeanette, aunque, la verdad sea dicha, era el único libro que había conseguido terminar durante todo el instituto. También podría haberla Scout, por la niña de la novela, porque quería que su hija creciera asi, dura, graciosa y lista, algo que ella, Jeanette, no había logrado. Pero Scout era un nombre de chico, y ella no quería que su hija fuera por la vida explicando algo así.
El padre de Amy era un hombre que había llegado un día al restaurante en el que Jeanette servía las mesas desde que cumpliera dieciséis años, un restaurante al que todo el mundo llamaba la Caja, porque era eso lo que parecía: una gran caja de zapatos de cromo, apartada a un lado de la carretera, con la parte de atrás asomada a campos de maíz y alubias; nada más en kilómetros a la redonda excepto un autolavado de coches, de esos que metes monedas en la máquina y te hace todo el trabajo. El hombre, que se llamaba Bill Reynolds, vendía cosechadoras y trastos grandes por el estilo, hablaba con dulzura y le dijo a Jeanette, mientras ésta le servía café, y también después, una y otra vez, lo bonita que era, cuánto le gustaba su pelo negro como el carbón, sus ojos color avellana y sus muñecas esbeltas, y lo dijo como si lo creyera a pies juntillas, no como hacían los chicos de la escuela, como si fuera necesario pronunciar las palabras para que ella las dejara obrar a su libre albedrío.



Gracias a Isi hemos tenido la suerte de leer un libro que aún no se ha publicado en español, entrará en escena el 4 de octubre, El Pasaje de Justin Cronin. Es una historia que al que la lea no le va a dejar indiferente y este libro dára que hablar esta temporada entrante. Lo primero decir que tiene 1100 páginas, va a haber 2 tomos más y Ridley Scott tiene los derechos adquiridos para hacer la película. Una historia que versa sobre la búsqueda de la inmortalidad, para ello el gobierno de los Estados Unidos realizará una serie de experimentos, que como no, se complicarán y una plaga de infectados arrasará a casi toda la población de E.E.U.U., sólo unos pocos podrán luchar contra esta plaga y más concretamente Amy…